- Manipula tu joya con cuidado y quítatelas para lavarte las manos.
- Antes del uso comprueba cierre y engaste de las piedras.
- Limpia tu joya con regularidad con una gamuza.
- Lleva tu joya a tu joyería más cercana una vez al año para que la revisen, la limpien y le vuelvan a dar ese brillo con un baño para las piezas de plata y un pulido para las de oro.